Como si usted no lo supiera.

Es como envolver queso doble crema en una capa delgada de masa y esperar que con la temperatura no rebose. 

O incluso, como poner la leche a fuego alto y esperar que no llegue a hervir. 

Es mas, caliente aceite, y en un acto de valentía salpique unas gotas de agua esperando no quemarse. ¿Puede usted entenderme? 

Deje de mirarme como si usted pensara que yo estoy loca y yo no lo supiera, le estoy pidiendo una respuesta sensata, no un gesto a mis palabras. 

Ciertamente usted no es un muñeco de jengibre ni yo una magdalena, pero estamos compuestos de elementos tan extraños y discordantes que definitivamente la carne y los huesos pasan a un segundo plano es esta mezcolanza. 

Discúlpeme, es que el virus de esta época me afecta y tanta comida y bebida han reemplazado poco a poco mis neuronas. 

Si le parece podemos dejar esta charla para enero, cuando el hastío de las vacaciones deprima un poco mi rostro, o en febrero cuando cocino cerdo agridulce a mi padre... ¿por qué no en septiembre? y de paso celebra conmigo. 

Esta bien, veo que usted es ciertamente exigente ¿por qué no lo dejamos para nunca y esperamos a que , cual varenique, me vaya saliendo por los poros esa sustancia blanca, caliente y cremosa ? 

Podemos fingir que nada sucede cuando mi centro me envuelva y usted se deleite probándolo, mientras yo quedo al dente y usted pide pasar al postre.