Mi amiga, eterna impaciente desde que la conozco, aprovechó un momento de risa y exclamó: "¡Diana, pero si Luisita es atea!"
Soy hija única entre tres maravillosos hombres, como tal crecí muy consciente de las diferencias y similitudes de género, y sobretodo del actuar masculino (aunque no parezca). En mi ambiente familiar nunca fui mas que ellos ni menos: ello lograría, años después, indignarme con el papel femenino en algunas religiones.
He vivido toda mi vida en un pueblo chiquito, cuyo colegio representativo de monjas alemanas se consideró el mejor durante mucho tiempo. Siendo la única hija resultaba evidente que estudiara allí; y no me puedo quejar, fueron 13 años maravillosos de experiencias inolvidables y crecimiento personal, aprendí muchas cosas, las mas importantes que siento son: Las y los infantes pueden ser muy crueles, los aprendizajes mas valiosos no están en los libros y por último: lo que lees y ves no te convierte en mejor persona.
Bajo el entorno masculino y el colegio me alejé un poco de la idea de feminidad clásica (claro, no todas mis compañeras eran bettys en carne y hueso) , mis gustos eran un poco particulares, y sobretodo nunca me sentí totalmente a gusto con la religión.
Bajo el entorno masculino y el colegio me alejé un poco de la idea de feminidad clásica (claro, no todas mis compañeras eran bettys en carne y hueso) , mis gustos eran un poco particulares, y sobretodo nunca me sentí totalmente a gusto con la religión.
Increíble (o no) : Teniendo muchas dudas hice la primera comunión, pensé volverme monja e hice la confirmación. El momento de incertidumbre (Y mas si es en la adolescencia) es el mas vunerable y bello que ha de existir: El caracter se forja cuando empezamos a elegir en que senda tenebrosa andar. Pues bien, tras mucho leer y averiguar sentí que mi camino era el ateísmo, y debo agradecerle a los que sabían que nunca me juzgaron, y a las hermanas cercanas que me respetaron.
Como escribí en un post anterior perdí(mos) a una compañera muy importante de nuestra generación: Por ello decidimos reunirnos y no dejar que el tiempo nos alejara; reunir 30 y tantas personas no es nada fácil, y mas cuando mas de una lleva un ritmo de vida agitado: Fuimos bastantes, no recuerdo el número.