Es una mentira que nos cansamos de esperar...todos esperamos esa llamada, ese saludo, ese beso, esa mirada, esos brazos alrededor: No somos seres de rendirse, sólo seres de guardar con paciencia esas esperanzas casi caducas; no en vano poseemos un rincón donde las lágrimas y las sonrisas se llevan de maravilla...
No nos cansamos de esperar, sólo que a veces cambiamos el objeto y el objetivo de la espera.
Yo, por ejemplo, ya no te espero, sólo espero que las circunstancias no te traigan de nuevo porque la voluntad no me da para más.