La paz, como el vasito de agua, no se le niega a nadie.
El gobierno, en nombre del presidente Santos, ha pronunciado un nuevo intento por establecer un diálogo de paz efectivo en pro del país (eso es lo que diría un medio oficial)
Como era de esperarse, muchos sectores se han pronunciado como el protocolo lo ha dispuesto (el religioso, el estatal, hasta la contraparte) y , además, muchas personas han mostrado su opinión por internet. El artículo que nombré anteriormente plantea como tesis principal que no nos merecemos la paz por nuestra naturaleza, que somos mas violentos y menos nobles que Bolivia. Quisiera hacer desdén de sus palabras y decir que está totalmente equivocada, pero mi conocimiento no me permite hacer esa afirmación sin sentir culpa.
Creo que lo primero que hay que tener en cuenta es que la naturaleza humana, el estado natural como lo expone Hobbes, es violento y competitivo: tal como dice un profesor de filosofía que admiro "el estado natural es evidente en transmilenio a la hora pico" Y para ello se supone existen las leyes, para regular nuestro instinto y generar un orden. Los colombianos no seremos unos angelitos las 24 horas del día: Algunos tienen un genio terrible, otros buscan problemas, muchos nos roban con corbata, y hasta tenemos personajes particulares que disfrutan del mal ajeno, insultan al nuevo gobierno o imponen su religión en cargos públicos. Es evidente que nos falta mucha educación y control.